La vida ha cambiado, pero las oportunidades siguen allí

Con mayor frecuencia se suele escuchar que la vida cambió. Sí, durante los últimos dos años se alteraron muchas maneras de vivir, de funcionar, de relacionarnos. Pero seguimos siendo humanos y nuestra esencia social persiste a pesar de la virtualidad actual. No faltó quien pospusiera la fecha de su boda con tal de poder compartir con su familia y amigos; el calor humano no se puede sustituir con nada.

Por otro lado, a nivel empresarial la distancia ha durado más, las compañías han encontrado maneras de seguir vendiendo en línea, lo cual se ha facilitado gracias a la posibilidad de mostrar sus productos y de cobrar a distancia. Sin embargo, el contacto directo con el cliente sigue siendo de gran importancia para todo negocio; pero también para el consumidor. Si este último quiere adquirir un producto, lo ideal es verlo, tocarlo. Si es un servicio el que contratará, qué mejor que poder conocer en persona a quien lo prestará. Es una necesidad en dos vías, indudablemente.

Las ferias comerciales, grandes exhibiciones o exposiciones reúnen a los negocios más importantes de un campo para que el cliente pueda ver, palpar, comparar y consultar sus dudas en persona, en el mismo lugar, el mismo día. A las empresas de un gremio específico, en este caso las bodas, les conviene estar presentes, que la gente sepa que están activos, que conozcan lo que ofrecen y cómo se miran.

Sí, porque en la pantalla el consumidor puede visitar los perfiles en redes sociales y la página web, si la empresa tiene una, pero no es nunca lo mismo que poder asistir a una exhibición y caminar en ella, hablar con quienes la manejan, preguntar y recibir soluciones u opciones directamente.


Además, el mercadeo de las empresas siempre ha considerado importante la participación de estas en esos grandes eventos de exposición. Hoy, ha cobrado aún mayor relevancia para que los clientes sepan que siguen funcionando, que la pandemia no los forzó a cerrar el negocio. Incluso, no solo es importante que los consumidores sepan que la empresa está de pie, sino que tienen nuevas opciones que ofrecerles.

La nueva realidad nos ha remitido a lo virtual, pero la oportunidad de volver a tener un acercamiento directo con posibles clientes se convierte en un privilegio que las grandes exposiciones propician. La participación en una feria comercial tiene además otras ventajas. Se puede conocer de cerca a otras empresas de ese campo y saber qué es lo que están ofreciendo. Permite entrar en contacto con negocios que no necesariamente compiten con mi producto, con quienes se puede pactar para ofrecer paquetes que beneficien a ambas en una relación de ganar-ganar y, por supuesto, también al cliente.

Es indispensable que cuando un negocio participa en una gran exposición ponga gran empeño en montar una exhibición que dé a conocer la marca de manera clara y directa. Asimismo, se debe tener en cuenta que los visitantes van en busca de innovaciones, por lo tanto, es imprescindible mostrar eso que les diferencia de los demás negocios que participan. Otro aspecto importante que buscan los visitantes son promociones durante el evento, estos pueden ser desde descuentos, paquetes especiales, o premios al contratar durante la feria. Los artículos promocionales nunca están de más, sin embargo, se debe buscar la originalidad.

Adicionalmente, el mundo virtual permite a los exhibidores, en la actualidad, servirse de las redes sociales para crear expectativas previo al evento. Durante el evento puede lanzar promociones a través de estas para aquellas personas que los visiten y, por ejemplo, publiquen una foto en su exhibición mostrando su marca. Esto les permitirá también seguir con comunicación luego del evento, en otras palabras, pueden lograr que se siga hablando de su marca aunque la exposición ya haya terminado.

La inversión en una exhibición de este tipo vale la pena porque, literalmente, se expone al escrudiño de cientos de personas que se acercan porque, de antemano, tienen un interés en el giro de su negocio. Queda en manos de la capacidad creativa del empresario cómo mostrarse y cómo recibir a sus visitantes para cautivar su atención, sus emociones y convencerlo de que lo que él les ofrece es lo ideal para sus necesidades.

En pocas palabras, participar en una exposición representa hoy la oportunidad de enlazar contacto directo con el cliente y que se sepa que su marca ¡está presente!

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